domingo, 15 de febrero de 2015

Capítulo 1 ¿Misterioso? No, extraño. - y - La voz.


Capítulo 1 ¿Misterioso? No, extraño. - y - La voz.



 En mi clase hay un chico extraño, creo que soy a la única a la que se lo parece ya que los demás prefieren llamarlo misterioso, como si fuera un ser sobrenatural o quizás sacado de alguna película de ciencia ficción. La gente, sobretodo los adolescentes con las hormonas alborotadas, les gusta inventar cualquier rumor o proposición infundada para poder hablar de eso hasta que no quede jugo por exprimir, y como es de suponer, este chico está en bocas de todos desde que llegué. Él y su grupo de amigos, si mal no recuerdo.

 Vamos a casi las misma clases pero desde que estoy aquí, jamás, repito, jamás he podido saber el nombre de ninguno de ellos o al menos del que más me interesa. Sí, aparte de lo extraño -en el buen sentido de la palabra- me parece curioso e intrigante, no voy a mentir.

 Son diferentes a la multitud...siempre van juntos a todos lados, andando con aire de superioridad como si el resto fuéramos tan inferiores que no merecemos ni rozar el suelo que ellos pisan. Vale, quizás este exagerando un poco.

 Sin embargo, lo que me desarma completamente es su singular mirada, única, profunda, chocante...insostenibleque habla por su voz gritándote un ''¡Lárgate!'' pero entre esos destellos de hostilidad si consigues ver más allá, escuchar por encima del grito, percibirás un tenue susurro aclamando ayuda.

 O tal vez soy yo y mi imprudente imaginación o quizás sea la necesidad de olvidarme de la presencia que siempre siento desde que llegué a Portland. Intimidante pero protectora, extraña mezcla. La siento a mi lado, detrás de mi, junto a mi cama, en el reflejo del espejo...allá por donde voy está ella como si hubiera hecho un pacto del que nunca fui informada.

 -¡Diana!

 Salí de mis cavilaciones por una voz que logré identificar como la de Ahisa, mi mejor amiga, que se encontraba a mi derecha, de brazos cruzados mirándome inquisidoramente.

 -¿Qué...? - Cerré los ojos esperando un montón de barbaridades por su parte.

 -¿Cómo que qué? ¡Llevas hay sentada como un pasmarote desde que empezó la clase y he de recordarte que hace cinco minutos que sonó el timbre de salida y esos mismos cinco llevo esperándote en la entrada del instituto! - Genial, estaba enfadada, nunca solía ponerse tan ''correcta'' a no ser que fuera algo serio, pero ¡por el amor de dios, no creo que fuera para tanto!

 -Ahisa, tranquila, no creo que lo hiciera a propósito. ¿No crees? -Y fue en ese momento en el que me di cuenta que mi profesora de historia, Alice Simons, seguía en la clase. Imagino que se dio cuenta de mi sorpresa al verla porque soltó una carcajada y posó su cálida mirada en mí.- No eres la única que se pierde por su mente a veces Diana pero creo que deberíamos ir saliendo si no queremos quedarnos encerradas aquí hasta el lunes.

 -¡No, no! - Contesté apresurada guardando todas mis cosas.

 Una vez en la salida nos despedimos de Alice y caminamos en silencio hasta la parada del autobús. Por el camino podía ver a Ahisa debatiéndose internamente en, probablemente, si preguntarme o no sobre el incidente de antes. Llegamos y nos sentamos en el banco, fue entonces cuando pasó su mirada de sus botas blancas a mi cara.

 -¿En que pensabas? Estabas como en trance... - Me dijo insegura.

 -Nada, no tiene importancia, no te preocupes. - Sonreí.

 -Ya, claro. Te he visto pocas veces así y ninguna fue buena. - Suspiro al cielo y sacó de su mochila un paquete de tabaco.- Supongo que no querrás ¿no? - Afirmó ofreciéndome un cigarro.

 -Supones bien. No sé como puedes hacerle eso a tus pulmones. - Hice una mueca de asco y baje la mirada.

 -Yo tampoco. - Rió pero calló al instante. Dio otra calada y volvió a mirarme, esta vez sus ojos tenían un brillo de tristeza.- Diana...sabes que trato de entenderte pero a veces se me hace tan imposible...estás como encerrada en tu propia jaula de cristal. Me duele no saber que sientes y a la vez verte exhausta y afligida por cosas que desconozco completamente. Soy tu mejor amiga, casi hermana y en algunos aspectos parece que nos hubiéramos conocido ayer.

 ¿Sinceramente? No sabía que contestar. La observé mientras se terminaba su cigarro y lo tiraba al suelo para después pisarlo y terminar de apagarlo.

 -Yo...lo sé pero...ya lo sabes, no puedo hacer nada con eso. Soy así y creo que ya es muy tarde para cambiarme...

 -Sabes que no cambias porque tu no quieres cambiar. - Me reprochó.

 -Bueno -me encogí de hombros.- Lo intenté una vez y no me gustó el estúpido cambio.

 -Mejor dejemos el tema. - Guardó el mechero en su bolsillo, el tabaco en la mochila y se levantó. A lo lejos vi como su bus llegaba.

-Bueno mi pequeña Di - Era una de las pocas personas que me llamaban así, siempre me gusto.  Ese diminutivo demostraba la cercanía que teníamos.- me tengo que ir, mis padres me estarán esperando con las maletas para irnos a Nevada a toda prisa, maldito tráfico, - Esto último lo dijo más para ella que para mi pero aun así lo escuché.- ya sabes, lo que te comenté de mi abuela y su extraño comportamiento respecto a querer vernos más veces al año. - Sonrió.- Recuerda, te quiero mucho ¿vale? - Nos dimos un fuerte abrazo para que después besara ruidosamente mi mejilla haciéndome reír.

 -Yo también rubia. Diviértete. - Agité la mano en forma de despedida mientras que la veía entrar en el autobús y perderse entre los asientos
.
 Cuando la figura del transporte se perdió en la lejanía me di cuenta que seguía ahí parada sin saber muy bien que hacer. Consulte la hora en mi móvil.

 -Las tres y media...queda media hora más de espera para poder llegar a casa...mejor me voy andando llego antes. - Hablé en voz alta como si alguien me fuera a escuchar. Cogí los cascos de mi mochila y puse la lista que tenía de mis canciones favoritas, el ambiente se inundo de la voz de Ed Sheeran en Thinking Out Loud, me encantaba esa canción.

 Estando a varios metros de la parada comencé a pensar en las cosas que tenía que hacer en este largo puente y en lo sola que iba a estar. Suspiré, no me importaba estar sola pero a veces, solo a veces quería un poquito de compañía ¿no era mucho pedir, no?

 -¡Hey chica! - Como ya es costumbre, una voz, esta vez masculina y para nada conocida, me saco del trance. No hice caso, quizás fuera a otra persona - Dato, la calle estaba desierta.- realmente, esperaba que fuera a otra persona.

 -''Invisible porque aquí no hay ni un alma.'' - Pensé como estúpida.

 -''Cállate.''

 -''¿Te das cuenta que estás discutiendo contigo misma verdad?''

 -''Idiota...''

 -''Exacto.''

 Después de mi, para nada relevante, charla con mi insoportable subconsciente aceleré el paso.

 -¡Espera chica! ¡La del gorro azul! - Volvió a gritar la voz. Esta vez me paré, era yo ¿quién más podría ser? Suspiré y me dí la vuelta preparándome para cualquier cosa.

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Blue. @ElDiarioDeBlue

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